domingo, 7 de junio de 2015

Feliz Día del Periodista

Texto: Silvina Quintans

Margaret Bourke-White sobre el Crysler Building
Hace ya 21 años, cuando recién empezaba a estudiar la carrera de periodismo en TEA, una profesora nos pidió que escribiéramos sobre nuestro primer Día del Periodista.  A mí me pareció rara la consigna: el periodismo es un oficio y nosotros –los estudiantes- apenas habíamos hecho un par de ejercicios de taller  y de gramática.

La verdad es que no recuerdo qué fue lo que respondí en aquel  momento. El camino y las motivaciones de cada uno son muy personales y a veces no pasan simplemente por el ánimo de comunicar o por el rimbombante objetivo de encontrar la verdad.

La curiosidad es el móvil del periodismo. Hay una frase algo despectiva, pero que a mí me viene seguido a la cabeza: “el periodismo es un océano de conocimientos con un centímetro de profundidad”.  Los periodistas nos largamos a veces a explorar como podemos ese océano interminable que puede estar muy lejos, o en aquello que vemos todos los días.

El periodismo está ahora en una etapa fascinante. Las nuevas tecnologías permiten un ida y vuelta que antes no existía.  Los blogs, las redes sociales, internet permiten producir y encontrar información al instante sobre cualquier tema. Hay una democratización de la información, de los que la producen y los que la reciben. Tal vez en el futuro el lugar del periodista lo ocupe cada ciudadano que tenga algo para decir.

Mientras tanto, a mí me gusta volver una y otra vez sobre un librito muy chico que tiene un nombre más que elocuente: “Los cínicos no sirven para este oficio”,  del  cronista polaco Ryzsard Kapuscinski 

Allí dice cosas como esta:

"No puede ser periodista (...) el que desprecia a la gente sobre la cual escribe. No puede ser periodista  el que cree en la objetividad de la información, cuando el único informe posible siempre resulta personal y provisional.  No puede ser periodista  el que no es curioso ni lo suficientemente optimista para pensar que los seres humanos son el centro de la historia."




viernes, 5 de junio de 2015

El día después - Ni una menos

Texto: Silvina Quintans



Solito, en una esquina, un hombre muy joven levantaba una pancarta. DETRÁS DE TODO GRAN HOMBRE … esta frase estaba tachada y luego la reemplazaba otra: AL LADO DE TODO GRAN HOMBRE HAY UNA GRAN MUJER. 

Eran casi las siete de la tarde sobre la avenida Rivadavia, y a varias cuadras de la manifestación,  la gente ya estaba desconcentrando. El joven levantó la pancarta un largo rato, y luego se encontró con dos mujeres, que presumo serían su hermana o novia, y su madre, les dio un abrazo y siguieron caminando. Cientos de imágenes como esta me vienen a la cabeza esta mañana, unas horas después del #NiUnaMenos.

La mujer con un bebé y su esposo que se pararon a mi lado con lágrimas en sus ojos, chicos a upa de sus papás, preadolescentes de mirada desafiante, las fotos de mujeres desaparecidas por la trata de personas, el grupo de hombres con  timbales y redoblantes que le ponía ritmo a la esquina de Callao y Bartolome Mitre, una columna de hombres y mujeres encapuchados de negro, las estatuas vivientes con su porte plateado levantando la pancarta de ni una más, Flor de la V con un gorrito tratando de pasar desapercibida, el subte con su letrero luminoso niunamenos, las marquesinas del gaumont con la leyenda  niunamenos.

Hubieron globos violetas, tambores, consignas, aplausos, bailes, fiesta y hasta un dron que planeaba sobre nuestras cabezas.

 La manifestación atravesó género, clases sociales, partidos políticos, religiones y fronteras. Todos unidos bajo el mismo grito contra la violencia. La sociedad se despertó, necesitaba unirse bajo una misma consigna. Al fin una causa que une la grieta, que convoca en vez de separar, como si todos necesitáramos algo que nos uniera. Una buena causa, juntarnos contra la violencia.

Recordé entonces la pregunta de mi hijo el bochornoso día del clásico cuando los jugadores de Boca se negaron a acompañar a sus compañeros de River, y pensé que ahora tenemos algo para mostrarles. Un mensaje diferente.

Confieso que en un primer momento me chocó la gran movilización de columnas políticas y los micros como si fuera un acto partidario. Pero a medida que avanzaba la tarde, la convocatoria se hizo cada vez más amplia y entendí que es bueno que los partidos se movilicen por esta causa.  Partidos políticos de distintas banderas –muchas veces opuestas- convivían en el mismo espacio y cantaban sus consignas. Ninguno pudo capitalizar la marcha con fines políticos porque la concurrencia fue masiva y muy variada. .

Asociaciones sindicales, organizaciones sociales, ONGs, la Casa del Encuentro, la APDH, Missing Children, la Fundación María de los Angeles, son algunas de las que crucé en el camino.

Chicos con guardapolvos y uniformes de los centros de estudiantes, una columna de la policía de Avellaneda, tanto hombres como mujeres vestidos con sus uniformes. Y, sobre todo, ciudadanos independientes: señoras bien vestidas,  señoras más modestas, hombres de remera, hombres de traje, famosos escondidos en la multitud, ejércitos de hombres, mujeres y chicos que bajaban por las calles transversales con sus cochecitos, portafolios o cartelitos pintados a mano.

Consignas, muchas consignas. Anoté solo algunas de ellas:

NI SUMISA NI DEVOTA, TE QUIERO LIBRE
NO NACI MUJER PARA MORIR
EL AMOR ROMANTICO DISMINUYE TU AUTONOMÍA
EL MACHISMO MATA
MUJER BONITA ES LA QUE LUCHA
CUANDO UNA MUJER AVANZA NINGUN HOMBRE RETROCEDE
EL UNICO QUE PUEDE DARLE PATADAS A UNA MUJER ES SU HIJO ANTES DE NACER
NO ME ACOSES PUEDO SER TU HIJA (UNA CHICA DE UNOS 12 O 13 AÑOS)
DISCULPEN LAS MOLESTIAS, NOS ESTAN MATANDO
VIOLENCIA NO ES AMOR
YO DECIDO CON QUIEN ME VISTO Y CON QUIEN ME DESVISTO.


¿Si la marcha fue histórica? Sin dudas, porque es la primera vez que la sociedad se levanta contra la violencia machista, que se despierta por una causa común que nos une a todos. NiUnaMenos.

#NiUnaMenos

Por Silvina Quintans - Columna emitida por Radio Continental


Todavía hay mucha gente, tanto mujeres como hombres, que se definen machistas como si fuera un motivo de orgullo. ¿De qué hablamos cuando mencionamos la  “violencia machista”?.  Hablamos de una estructura social que supone una preponderancia de los hombres sobre las mujeres. Una cultura que se manifiesta en distintas costumbres de la vida cotidiana, y que empieza con algo tan sencillo como la división de roles en los juegos de la infancia. Según esta cultura,  las mujeres somos  princesas débiles, pasivas, destinadas al cuidado de la casa, nuestro destino es esperar al príncipe y satisfacer sus demandas. El hombre es activo, independiente, protector,  proveedor, dotado para ejercer la autoridad.


“Ningún pibe nace machista”, leí en estos días, y pensé en estos modelos que nos van horadando la cabeza desde chicos.

Aunque las mujeres hayamos invadido las universidades y los puestos de trabajo, muchos prejuicios ligados a esta cultura siguen vigentes. La cultura que se denuncia es el caldo de cultivo de la desigualdad , del menosprecio cotidiano que en casos extremos termina en femicidio pero que empieza en situaciones cotidianas.

¿Cuántas de nosotras nos avergonzamos ante alguna grosería que nos gritaron por la calle?

¿Cuántas revisamos cómo íbamos vestidas para provocar semejantes expresiones callejeras ?

¿Cuántas veces no nos vestimos como nos gustaría para no causar “una impresión equivocada”?

¿Cuántas veces confundimos los celos con el amor?

¿Cuántas veces nos hicieron sentir que no estábamos capacitadas para el trabajo o para ganar más porque somos mujeres?

¿Cuántas veces nos hicieron creer que lo mejor para una mujer es escuchar y callarse?

¿Cuántas veces nos dijeron que contestar o confrontar no es para damas?

Esta tarde marcharemos

Para que Aixa pueda salir de su casa sin temer a la cuadrilla que la intimida en la puerta gritándole groserías.

Para que Agustina entienda que amor no es compartir su clave de FB o sus mensajes de whatsapp con su novio y que los celos no tienen nada que ver con el amor.

Para que Susana pueda salir a la calle vestida como a ella le gusta sin tener que rendirle cuentas a nadie.

Para que Marcela entienda que no tiene que abandonar su trabajo, sus amigas o a su familia para demostrar su amor o para que la quieran.

Para que dejemos de pensar que lo mejor para una mujer es la sumisión o el silencio.

Para que la justicia empiece a dictar sus fallos con una mirada libre de prejuicios caducos.

Para que  entendamos que no es no y que las mujeres jamás provocan una violación.

Para que empecemos a entender que las víctimas no son las culpables.

Para que  nadie vuelva a justificar que se asesine, viole  o golpee  a una mujer por cómo estaba vestida, porque salió sola de su casa, o porque “algo hizo” para provocar .

Podría seguir, pero la única solución es ir tomando conciencia de que muchas de las cosas que nos parecen naturales no lo son, y empezar a educar para la igualdad.

Y el párrafo siguiente está dedicado a los hombres. Porque ellos son imprescindibles en esta marcha.  Queremos marchar junto a ellos. 

Marcharemos junto a  aquellos que nos acompañan y que se animan a cambiar sin dejar de ser hombres por eso

Marcharemos junto a aquellos que cambian pañales

A los que esperan a sus hijos en la puerta de la escuela

A los que comparten el cuidado de hijos y de sus padres ya viejitos

A los abuelos que leen a sus nietos, los llevan a la plaza, los pasean en cochecito, se sientan con ellos a jugar en el suelo

A los que salen con sus amigos y cuidan a los chicos para que nosotras también podamos salir con nuestras amigas.

A los que no les temen a las ollas y sartenes

A los que se animan a mostrar el afecto

A los que nos escuchan en lugar de reclamarnos que callemos

A los que nos alientan para que progresemos y se alegran de nuestros logros

Vamos a caminar todos juntos en esta marcha.

Porque es responsabilidad de todos que no haya Niunamenos.  Vamos a marchar por María Soledad Morales, Adriana y Cecilia Barreda, Carolina Aló, Natalia Melman, Liliana Tallarico, Fabiana Gandiaga, María Marta García Belsunce, Paulina Lebbos, Nora Dalmaso, Houria Moumni, Cassandre Bouvier, Rosana Galliano, Wanda Taddei, Angeles Rawson, Melina Romero,  Lola Chomnalez, Daiana García, Andrea Castana, Gabriela Parra, Chiara Páez . ..

 Por todas ellas y por todas las mujeres que murieron en la indiferencia y el olvido. Ni un femicidio más, ni una vida menos. Ni una menos.


Audio radial:
http://www.continental.com.ar/escucha/llevatelo/ni-una-menos-por-silvina-quintans/20150603/llevar/2790398.aspx