jueves, 20 de octubre de 2016

Miércoles negro

Texto, foto y audio: Silvina Quintans




No pasa muy seguido que una se sienta parte de la Historia (así, escrita con mayúscula). Pero ayer las personas que participamos de la marcha convocada por NiUnaMenos sentimos que atesorábamos un pedacito de historia. 

La Historia a veces viene envuelta en algún hecho cotidiano y otras en un evento extraordinario. A veces no sabemos reconocerla, nos pasa por al lado, y recién la vemos a través de los ojos del tiempo. Pero en días como el de ayer la miramos de frente y nos sentimos protagonistas.  Fueron miles los paraguas que desafiaron la lluvia y desfilaron desde el Obelisco hasta Plaza de Mayo al grito de Ni una menos /  Vivas nos queremos. Fuimos miles las mujeres que por primera vez nos sentimos parte de la Historia, así, con mayúsculas. 

Alguna vez les contaremos esta historia a  nuestros nietos y nietas. Tal vez empecemos a contarla así:
Y llegaron bajo la lluvia. Las mujeres de caras talladas, las chicas de pelos de colores, las de  raros peinados nuevos, las de carteles, las de banderas, las que cantaban, las que gritaban, las que marchaban en silencio.
Y llegaron bajo la lluvia. Las estudiantes, las docentes, las sindicalistas, las amas de casa, las  hijas, las madres, las abuelas.  

Y había que verlas. Llegaban por las avenidas, por las calles, por debajo de la tierra. Llegaban en columnas, en pequeños grupos o en solitario. Caminaban a paso firme, se deslizaban sobre sillas de ruedas o empujaban cochecitos de bebé. Enarbolaban banderas, levantaban consignas, marchaban en silencio. Todas bajo la misma lluvia.

NO NACI MUJER PARA MORIR POR SERLO

DISCULPE LAS MOLESTIAS, PERO NOS ESTÁN MATANDO

ES MAS FACIL EDUCAR A UNA MUJER FUERTE QUE REPARAR A UNA MUJER ROTA

MUJER BONITA ES LA QUE LUCHA

Estas son algunas de las consignas que resistían bajo el agua.



Fue una marcha ruidosa y silenciosa al mismo tiempo. Por momentos afloraba un sonido ululante, como aquel que hacíamos de chicas cuando jugábamos a los indios.  Un grito que nos hacía sentir parte de una identidad ancestral. 

Y también llegaron ellos, vestidos de negro, acompañando cada paso.

Cada tanto se intercalaba algún vendedor ambulante que ofrecía chipás, paraguas o pilotos negros reforzados. Pero la estrella de la tarde fue el ingenioso comerciante que ofrecía su mercadería al  grito de “La lluvia es machista, combátala con un piloto”. 

Caminé sola y en silencio durante dos horas.  La lluvia sumaba brillo a las cosas, creaba una cierta épica. Durante largo rato marché cerca de un hombre que filmaba con su celular haciendo amplios paneos debajo de un paraguas. Pensé que filmaría para algún medio, pero después me di cuenta de que estaba con su esposa y sus hijos. La mujer llevaba un bebé en una mochila y una nena de la mano. El bebé y la nena iban muy emponchados,  pegados a la mujer que los protegía  con un paraguas. El hombre iba unos pasos adelante concentrado en conseguir una buena filmación. Cada tanto le sacaba una foto a la mujer que hacía equilibrio entre el bebé, la nena, el paraguas y la cartera. 

Ayer fue un día histórico, pero la historia no cambia en un día.

Tendremos que marchar muchas veces para que el muchacho de la filmación –de intenciones nobles, sin dudas-  guarde la cámara en el bolsillo, camine a la par de su esposa y le tienda la mano a su hija.  

Tendremos que parar muchas veces más para que se termine la trata de personas, para que se nos pague lo mismo por igual tarea, para que se repartan de manera equitativa las tareas domésticas y de cuidado, para que nadie se sienta con derecho a decirnos una grosería o a tocarnos sin nuestro permiso, para que se respete nuestra voz sin descalificarnos.

Y tendremos que marchar muchas veces más para que no haya crímenes atroces como el  de Lucía Pérez, Alicia Muñiz, María Soledad Morales, Adriana y Cecilia Barreda, Carolina Aló, Natalia Melman, Liliana Tallarico, Fabiana Gandiaga, María Marta García Belsunce, Paulina Lebbos, Nora Dalmaso, Houria Moumni, Cassandre Bouvier, Rosana Galliano, Wanda Taddei, Angeles Rawson, Melina Romero,  Lola Chomnalez, Daiana García, Andrea Castana, Gabriela Parra, Chiara Páez, Candela Rodríguez, Marina Menegazzo y María José Coni, y tantas otras vidas robadas.

Habrá que seguir marchando, pero no dejemos pasar esta oportunidad de construir una sociedad más justa. Como dice la canción de la inolvidable Aretha Franklin: todo lo que pedimos es respeto.


Clickear para escuchar audio de columna Miércoles Negro por Radio Continental

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