Solito, en una esquina, un hombre muy joven levantaba una
pancarta. DETRÁS DE TODO GRAN HOMBRE … esta frase estaba tachada y luego la
reemplazaba otra: AL LADO DE TODO GRAN HOMBRE HAY UNA GRAN MUJER.
Eran casi las
siete de la tarde sobre la avenida Rivadavia, y a varias cuadras de la
manifestación, la gente ya estaba
desconcentrando. El joven levantó la pancarta un largo rato, y luego se
encontró con dos mujeres, que presumo serían su hermana o novia, y su madre, les
dio un abrazo y siguieron caminando. Cientos de imágenes como esta me vienen a
la cabeza esta mañana, unas horas después del #NiUnaMenos.
La mujer con un bebé y su esposo que se pararon a mi lado
con lágrimas en sus ojos, chicos a upa de sus papás, preadolescentes de mirada desafiante, las fotos de mujeres
desaparecidas por la trata de personas, el grupo de hombres con timbales y redoblantes que le ponía ritmo a
la esquina de Callao y Bartolome Mitre, una columna de hombres y mujeres
encapuchados de negro, las estatuas vivientes con su porte plateado levantando
la pancarta de ni una más, Flor de la V con un gorrito tratando de pasar
desapercibida, el subte con su letrero luminoso niunamenos, las marquesinas del
gaumont con la leyenda niunamenos.
Hubieron globos violetas, tambores, consignas, aplausos,
bailes, fiesta y hasta un dron que planeaba sobre nuestras cabezas.
La manifestación
atravesó género, clases sociales, partidos políticos, religiones y fronteras.
Todos unidos bajo el mismo grito contra la violencia. La sociedad se despertó,
necesitaba unirse bajo una misma consigna. Al fin una causa que une la grieta,
que convoca en vez de separar, como si todos necesitáramos algo que nos uniera.
Una buena causa, juntarnos contra la violencia.
Recordé entonces la pregunta de mi hijo el bochornoso día
del clásico cuando los jugadores de Boca se negaron a acompañar a sus
compañeros de River, y pensé que ahora tenemos algo para mostrarles. Un mensaje
diferente.
Confieso que en un primer momento me chocó la gran
movilización de columnas políticas y los micros como si fuera un acto
partidario. Pero a medida que avanzaba la tarde, la convocatoria se hizo cada
vez más amplia y entendí que es bueno que los partidos se movilicen por esta
causa. Partidos políticos de distintas
banderas –muchas veces opuestas- convivían en el mismo espacio y cantaban sus
consignas. Ninguno pudo capitalizar la marcha con fines políticos porque la
concurrencia fue masiva y muy variada. .
Asociaciones sindicales, organizaciones sociales, ONGs, la
Casa del Encuentro, la APDH, Missing Children, la Fundación María de los
Angeles, son algunas de las que crucé en el camino.
Chicos con guardapolvos y uniformes de los centros de
estudiantes, una columna de la policía de Avellaneda, tanto hombres como
mujeres vestidos con sus uniformes. Y, sobre todo, ciudadanos independientes: señoras
bien vestidas, señoras más modestas, hombres de remera, hombres de traje, famosos
escondidos en la multitud, ejércitos de hombres, mujeres y chicos que bajaban
por las calles transversales con sus cochecitos, portafolios o cartelitos
pintados a mano.
Consignas, muchas consignas. Anoté solo algunas de ellas:
NI SUMISA NI DEVOTA, TE QUIERO LIBRE
NO NACI MUJER PARA MORIR
EL AMOR ROMANTICO DISMINUYE TU AUTONOMÍA
EL MACHISMO MATA
MUJER BONITA ES LA QUE LUCHA
CUANDO UNA MUJER AVANZA NINGUN HOMBRE RETROCEDE
EL UNICO QUE PUEDE DARLE PATADAS A UNA MUJER ES SU HIJO
ANTES DE NACER
NO ME ACOSES PUEDO SER TU HIJA (UNA CHICA DE UNOS 12 O 13
AÑOS)
DISCULPEN LAS MOLESTIAS, NOS ESTAN MATANDO
VIOLENCIA NO ES AMOR
YO DECIDO CON QUIEN ME VISTO Y CON QUIEN ME DESVISTO.
¿Si la marcha fue histórica? Sin dudas, porque es la primera
vez que la sociedad se levanta contra la violencia machista, que se despierta
por una causa común que nos une a todos. NiUnaMenos.
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