Por Silvina Quintans - Columna emitida por Radio Continental
Todavía hay mucha gente, tanto mujeres como hombres, que se
definen machistas como si fuera un motivo de orgullo. ¿De qué hablamos cuando
mencionamos la “violencia machista”?. Hablamos de una estructura social que supone
una preponderancia de los hombres sobre las mujeres. Una cultura que se
manifiesta en distintas costumbres de la vida cotidiana, y que empieza con algo
tan sencillo como la división de roles en los juegos de la infancia. Según esta
cultura, las mujeres somos princesas débiles, pasivas, destinadas al
cuidado de la casa, nuestro destino es esperar al príncipe y satisfacer sus
demandas. El hombre es activo, independiente, protector, proveedor, dotado para ejercer la autoridad.
“Ningún pibe nace machista”, leí en estos días, y pensé en
estos modelos que nos van horadando la cabeza desde chicos.
Aunque las mujeres hayamos invadido las universidades y los
puestos de trabajo, muchos prejuicios ligados a esta cultura siguen vigentes.
La cultura que se denuncia es el caldo de cultivo de la desigualdad , del
menosprecio cotidiano que en casos extremos termina en femicidio pero que
empieza en situaciones cotidianas.
¿Cuántas de nosotras nos avergonzamos ante alguna grosería
que nos gritaron por la calle?
¿Cuántas revisamos cómo íbamos vestidas para provocar
semejantes expresiones callejeras ?
¿Cuántas veces no nos vestimos como nos gustaría para no
causar “una impresión equivocada”?
¿Cuántas veces confundimos los celos con el amor?
¿Cuántas veces nos hicieron sentir que no estábamos
capacitadas para el trabajo o para ganar más porque somos mujeres?
¿Cuántas veces nos hicieron creer que lo mejor para una
mujer es escuchar y callarse?
¿Cuántas veces nos dijeron que contestar o confrontar no es
para damas?
Esta tarde marcharemos
Para que Aixa pueda salir de su casa sin temer a la
cuadrilla que la intimida en la puerta gritándole groserías.
Para que Agustina entienda que amor no es compartir su clave
de FB o sus mensajes de whatsapp con su novio y que los celos no tienen nada
que ver con el amor.
Para que Susana pueda salir a la calle vestida como a ella
le gusta sin tener que rendirle cuentas a nadie.
Para que Marcela entienda que no tiene que abandonar su
trabajo, sus amigas o a su familia para demostrar su amor o para que la
quieran.
Para que dejemos de pensar que lo mejor para una mujer es la
sumisión o el silencio.
Para que la justicia empiece a dictar sus fallos con una
mirada libre de prejuicios caducos.
Para que entendamos
que no es no y que las mujeres jamás provocan una violación.
Para que empecemos a entender que las víctimas no son las
culpables.
Para que nadie vuelva
a justificar que se asesine, viole o
golpee a una mujer por cómo estaba
vestida, porque salió sola de su casa, o porque “algo hizo” para provocar .
Podría seguir, pero la única solución es ir tomando
conciencia de que muchas de las cosas que nos parecen naturales no lo son, y
empezar a educar para la igualdad.
Y el párrafo siguiente está dedicado a los hombres. Porque
ellos son imprescindibles en esta marcha.
Queremos marchar junto a ellos.
Marcharemos junto a
aquellos que nos acompañan y que se animan a cambiar sin dejar de ser
hombres por eso
Marcharemos junto a aquellos que cambian pañales
A los que esperan a sus hijos en la puerta de la escuela
A los que comparten el cuidado de hijos y de sus padres ya
viejitos
A los abuelos que leen a sus nietos, los llevan a la plaza,
los pasean en cochecito, se sientan con ellos a jugar en el suelo
A los que salen con sus amigos y cuidan a los chicos para
que nosotras también podamos salir con nuestras amigas.
A los que no les temen a las ollas y sartenes
A los que se animan a mostrar el afecto
A los que nos escuchan en lugar de reclamarnos que callemos
A los que nos alientan para que progresemos y se alegran de
nuestros logros
Vamos a caminar todos juntos en esta marcha.
Porque es responsabilidad de todos que no haya
Niunamenos. Vamos a marchar por María
Soledad Morales, Adriana y Cecilia Barreda, Carolina Aló, Natalia Melman,
Liliana Tallarico, Fabiana Gandiaga, María Marta García Belsunce, Paulina
Lebbos, Nora Dalmaso, Houria Moumni, Cassandre Bouvier, Rosana Galliano, Wanda
Taddei, Angeles Rawson, Melina Romero,
Lola Chomnalez, Daiana García, Andrea Castana, Gabriela Parra, Chiara
Páez . ..
Por todas ellas y por
todas las mujeres que murieron en la indiferencia y el olvido. Ni un femicidio
más, ni una vida menos. Ni una menos.
Audio radial:
http://www.continental.com.ar/escucha/llevatelo/ni-una-menos-por-silvina-quintans/20150603/llevar/2790398.aspx