martes, 31 de agosto de 2010

Antes del amanecer



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Reinauguro esta sección de Viajes Catódicos. Como buena adicta al cine y la tele, no me privo de largos viajes frente a la pantalla. La semana pasada vi por enésima vez "Antes del amanecer" de Richard Linklater con los magníficos Julie Delpy y Ethan Hawke.

Céline y Jesse se conocen en un tren que viaja de Budapest a Viena. Se establece entre ellos esa clase de conexión intensa que sólo los viajes pueden lograr, y deciden recorrer juntos Viena hasta que amanezca y cada uno tenga que seguir su camino.

La película tiene que ver con la elasticidad del espacio y del tiempo de la que hablamos en el post anterior. Durante su caminata nocturna por Viena, los personajes hablan de todos los temas posibles -desde los más trascendentes a los más banales-, se cuentan historias propias y ajenas, recorren con palabras sus vidas, mientras los atraviesa una nueva experiencia. La experiencia del otro, y la experiencia de esa ciudad nocturna que se abre en su luminosa oscuridad.  Un par de actores los invitan a una obra de teatro bizarra, un poeta callejero les escribe un poema a medida, una gitana les lee el futuro, un mozo les regala una botella de vino.

Esa noche es mucho más que una noche: es el compendio de todas las noches posibles. El tiempo se concentra de tal modo, que en apenas unas horas Jesse y Céline se ven envueltos en una relación que los marcará para toda la vida, sin ánimos de adelantar la secuela. Extraña cualidad la del tiempo en los viajes, y extraña la intensidad de las relaciones que genera.
 
Me dirán que a la película le falta acción, que es puro diálogo, que las conversaciones son banales, que los austríacos no son tan simpáticos y excéntricos como se los muestra ... En fin, los críticos me recuerdan a una propaganda (¿de Coca Cola?) en la que se veía a una espectadora emocionada hasta las lágrimas en el cine mientras se escuchaba la voz implacable del crítico que se solazaba buscando expresiones ingeniosas para denostar toda clase de sentimentalismo.

Para los que alguna vez viajamos con la mochila al hombro, con boletos de segunda clase, sacrificando la comida por un día más de viaje. Para los que nos enamoramos en apenas unas horas, para los que chapuceamos idiomas extraños en trenes, albergues o vuelos baratos, para los que jamás desdeñamos el buen arte de la conversación, esta es la película perfecta.

Y ni hablar de la secuela (que no podría llamarse sino "Antes del atardecer") que junta a los protagonistas diez años después en la mítica librería parisina Shakespeare and Co., y tiene como telón de fondo a la ciudad más linda del mundo con imágenes que se apartan de cualquier cliché turístico.

La película misma -que a su vez condensa esa relación de una noche en apenas una hora y media- no hace otra cosa que jugar con el tiempo. Uno espera que la duración de esa noche imite su intensidad, y que al sol no se le ocurra aparecer otra vez entre las oscuras calles de Viena.



A pedido del Viajero Virtual cliquear  aquí   para ver escena.

5 comentarios:

  1. Para los que no la vieron, SQ, le aporto este link (podría Ud., bloguera profesional, convertirlo en un Link) con una escena que ilustra bien su post:

    http://www.youtube.com/watch?v=5SbjL172kew

    Y el trailer:

    http://www.youtube.com/watch?v=_rN6D3PcYB4

    VV

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  2. Sus deseos son órdenes, VV. Acabo de agregar el link

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  3. Buenas palabras para una muy buena pelicula, el tan mencionado viaje interior de los personajes durante su viaje exterior por Viena...
    La secuela por Paris no es menos, hasta te diria que rompe la tradicion y es mas...
    Bien, muy bien por el post, Silvina, este es una palmada en el alma. Pablo

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  4. Silvina, gracias por traernos esta sugerencia, tan bien escrita, como todo tu blog. Excelentes películas ambas!!

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