La historia de Maya, Bahuan y Raj fue un suceso en Brasil, donde se paró el país para ver los últimos capítulos. A la hora de escribir culebrones, los brasileños toman riesgos. Además de tocar temas de la cultura india como las castas, los parias o los matrimonios arreglados, en esta novela también se hablaba de psicopatías, locura, y hasta bullying cibernético.
¿A qué viene todo esto? A que el primer capítulo de la novela empieza con un largo y espectacular paneo de los ghats de Benarés, donde se ven imágenes de muchas de las cosas que describo en el último post. Si cliquean aquí podrán pasear con la cámara por los ghats de Benarés y ver el primer encuentro de Bahuan y Raj, que luego serán los protagonistas de la historia.
Y ahora que confesé mi afición por los culebrones brasileños ambientados en Oriente, va mi indignación contra Canal 11, que no contento con jugar con los horarios y "editar" los capítulos reduciéndolos a la mitad (recurso insólito y de mal gusto en el que se omitía la presentación, los créditos, los avances y escenas fundamentales para entender la historia), levantó la novela sin aviso estafando a los espectadores.
Todo vale para los directores de programación.
Vean este video: http://www.youtube.com/watch?v=7cfi0TySGog
Se me vino el alma al piso, SQ, pasamos del relato excelso a un culebrón brasileño. NO es que quiera defender a Telefé -Dios me libre y guarde- pero le diría que en esos culebrones se puede cortar tranquilamente más de la mitad si que se pierda nada "fundamental" (le respeto la licencia literaria que Ud. se toma al usar esta palabra). En una sola carilla entra la historia entera, con pelos y señales. Todo el resto es un vano dialogar.
ResponderEliminarVV (viajero virtual)
De carne somos, VV.
ResponderEliminarNi me lo recuerde, SQ.
ResponderEliminarVeo que insiste con los vaivenes, porque le habíamos dado a Caparrós como gato en bolsa, y aparentemente lo erradicamos del blog y lo reemplazamos por plumas más lúcidas, y ahora Ud. nos tira por la cabeza con ese panzón bañandose todo vestido en el río, luego de esa intruducción digitalizada algo, como decirle, prosaica.
VV